Dia 16: Renacimiento

Hoy Tobías cumple dos años. A esta hora Cynthia estaba pujando para tratar de hacer nacer a nuestro primer hijo. Los meses previos, las horas de preparación y la espera infinita se resumían en ese pujar desesperado que intentaba traer una nueva vida al mundo. Cada día nacen cientos de miles de bebes pero hace justo dos años nacía el mas importante de nuestras vidas. Hace una década no intuía que ocho años mas tarde me encontraría en un hospital sintiéndome mas inútil y emocionado que nunca. Hace una década esperábamos al mecánico para poder seguir. Esperábamos un renacimiento que me llevaría al día de hoy para celebrar el segundo cumpleaños de mi primer hijo.

Tobi

Con una semana de vida. Las primeras fotos de Tobias.

Gaucho llego temprano para trabajar en el motor del Tremebunda. El horario me hizo dudar aun mas de la excusa del día anterior, pero otra vez parecía mas sensato adaptarse a este ritmo que luchar contra el. Se demoro mas de dos horas en instalar los dos nuevos inyectores y la espera incrementaba nuestra ansiedad por el escuchar nuevamente el inconfundible batido de los pistones del Volvo. Era el sonido que nos aseguraría la continuidad del viaje. De otro modo habría que navegar mar afuera, hacia el África para poder llegar a vientos mas francos que los que hallábamos en la costa. Pero ese no era nuestro plan: para llegar tan lejos íbamos a necesitar del motor y Gaucho lo sabia.

Le dimos arranque tras la parca instrucción de Gaucho. El Volvo volvió a sonar como debía. El mar nos esperaba pero ya era tarde para salir. Despedimos a Gaucho esperando que su labor fuera tan duradera como la experiencia con la que parecía encarar el trabajo.

Nos dirigimos al mercado mas cercano para hacer las ultimas compras necesarias para partir al día siguiente. El Tremebunda retornaba a su ruta hacia arriba por el mapa irreal de la computadora que nos guiaría hasta Miami.