Dia 56: Viento en Popa

Navegamos todo el día con el viento en la popa. Es la primera vez desde nuestra partida que la vela se disfruta y a pesar de que el Tremebunda danza de un lado al otro entre las crestas de las olas, los alisios nos empujan a un promedio de mas de seis millas marinas por cada hora.

La calma al mediodia trae un arcoiris

La calma al mediodia trae un arcoiris

En el día de hoy pudimos avanzar mas de 130 millas y sin siquiera tocar la llave del motor. El volvo descansaba luego de 55 días de abuso. Era un avance necesario y notorio para nuestra empresa náutica y nos aseguraba que llegaríamos a tiempo para encontrarnos con mi hermano en Fortaleza.

Viento de popa al atardecer

Viento de popa al atardecer

Hasta el mediodía fuimos con las botavaras abiertas a noventa grados del lado de estribor. Esa trabuchada del día anterior todavía nos duraba y no queríamos dejarla de lado por la importancia de su simbolismo. A eso de la una de la tarde tuvimos que volver a poner las velas del lado habitual para poder seguir el rumbo que nos llevaría directo a destino. Nos encontrábamos a unas cuarenta millas de la costa y el mar nos llevaba con ganas hacia el reencuentro. En cada ola nos saludaban dos o tres peces voladores que a partir de ahora nos iban a seguir saludando hasta llegar al Caribe.

Despedimos esta agradable tarde con mates y charlas en la radio. Mi hermano estaría preparando sus maletas y nosotros empezando a soñar con la ducha que nos esperaba en Fortaleza.

RUTA DIA 56

De Natal a Fortaleza

De Natal a Fortaleza

Dia 53: Cambio en la corriente

Después de 53 dias llegamos al punto en el que a corriente marina al fin comenzara a empujarnos. Nos bajamos de la cinta transportadora que nos impedía el avance. Era como por fin lograr bajarse de la maquina de los gimnasios en la que uno corre pero no se mueve. La gran diferencia es que esta alfombra de agua es tan inmensa en relación a nuestra insignificante existencia, que no podemos darnos cuenta del cambio.

Ferry de Cabedelo sale a pasear turismo

Ferry de Cabedelo sale a pasear turismo

Dejamos João Pessoa  por  babor al final de la tarde y unas millas mas tarde la Ponta de Mato, en el extremo de la pequeña ciudad de Cabedelo. Era un triunfo moral para Eduardo y para mi, porque ya podíamos corroborar de un modo fehaciente que la corriente no había podido doblegarnos. Dejamos las velas arriba y prendimos la radio. En Zarate y Campana celebraron el logro como si se tratara de un hito para la humanidad. En verdad era un hito en el viaje este, tan importante para nuestra humanidad particular. La fuerza de voluntad es una virtud que casi siempre se resalta en relación a un hecho factico particular, pero creo que en verdad se debe referenciar al esfuerzo previo al hito.

El agua frente a Joao Pessoa

El agua frente a Joao Pessoa

La fuerza de voluntad no llega al pico de la montaña, ni termina el maratón. La fuerza esta antes en el día de entrenamiento, en la partida y en la voluntad tacita del proyecto que aun no comienza. Logramos derribar al gigante imparable pero aun nos quedaba enfrentarnos con las serpientes marinas, con nuestro Moby Dick: el mar que adelante nos tenia cuatro mil millas de examen a libro cerrado.

El puerto de Cabedelo - que nunca conocimos.

El puerto de Cabedelo – que nunca conocimos.