Sentimos que hay mas, que solo vemos el borde del rompecabezas. Es como si miráramos al suelo y las piezas que nos quedan no alcanzan para completar la imagen. Entonces pensamos en que habrá pasado. ¿Esta fallado porque vino así o nosotros la cagamos?
Desde el despertar, mas liviano que la noche, se contempla otra posibilidad: que las piezas invisibles siempre están allí. No las vemos porque no vienen en la caja del rompecabezas. Son las piezas que nosotros le ponemos para completar la imagen que queremos ver.
Hoy empiezo por el medio sin importar lo que me digan los bordes. La imagen a completar ya esta en mi cabeza.