Dia 30: Llueve en Jurujuba

La lluvia volvió a acompañarnos en la mañana que nos había encontrado en la amarra de cortesía de este club tan simpático de Niteroi. Era lunes y el Jurujuba tenia una paz típica de los lunes en un club social. Ya no se encontraba el bullicio alegre del día anterior. Los meninos y meninas estaban en sus casas tomando el desayuno y la mayoría de los socias estarían ya rumbo al trabajo. Es en esta paz de lunes cuando uno tiene la oportunidad de encontrarse con los personajes mas interesantes que representan a la institución. No se bien de que modo nos presentaron a uno de los viejos socios del club que se acerco cordialmente a brindarnos su saludo. Lo invitamos a subir y allí comenzó nuestra extensa charla. Hay que gente que es innatamente interesante y este personaje barba canosa era una de estas personas.

peixe

Barcas de pescadores en Jurujuba. De aqui vino nuestra comida del dia.

Parecía contar con todo el tiempo del mundo y nosotros con el mal tiempo no queríamos abandonar este rincón tan acogedor del Brasil. La mañana se paso entre charlas y llegadas las 12 nos invito a almorzar a un restaurant cercano al club. Fuimos caminando por la calle que comunicaba al Club con Niteroi. Arriba del morro las casas humildes nos veían caminar contentos entre la fina llovizna. Nuestro amigo del Jurujuba ( nuevamente no recuerdo los nombres pero si las caras y las expresiones ) nos llevo hasta un lugar donde se comía bien pero sin gastar mucho. Estos son los lugares que mas nos gustan a los navegantes. La expresión dice que detrás de todo navegante hay un gran miserable y la realidad no esta muy alejada de la expresión que como tal tiene algo de exageración y algo de generalidad.

fresco

Pescadores descargan la captura del dia. Peixe fresco.

Almorzamos peixe frito y la verdad es que el sabor era exquisito. Se notaba la frescura de la pesca del día. Seguimos charlando durante un par de horas mientras ordenábamos cerveja tras cerveja. Un día feliz a pesar de la lluvia. A esta altura ya estábamos convencidos de que la partida hacia Cabo Frio la deberíamos demorar hasta el día siguiente. Nuestro anfitrión no nos dejo pagar a pesar de nuestra insistencia. Nos despedimos de nuestro nuevo amigo en la puerta del Jurujuba. En estos viajes uno se da cuenta de que estamos rodeados de almas interesantes y bondadosas. Uno solo debe abrirse para poder encontrarlas en cualquier parte. Al día siguiente saldríamos, sea como sea había que continuar nuestro camino.

garza que pide

Una garza quiere ver si le dan algo de lo que sobro de la pesca del día.